Productos ecológicos
Éstos no incluyen conservantes, antibióticos, fertilizantes, pesticidas, ni colorantes.
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Los especialistas aseguran que los productos ecológicos ayudan a evitar enfermedades comunes o crónicas, desde dolores de cabeza, pasando por asma, alergias, problemas cardíacos, osteoporosis y hasta cáncer.
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Al estar libres de toxinas, que provienen de químicos y otros aditivos, te mantendrás más saludable.
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Permiten mantener un buen equilibrio bioquímico en el organismo porque no contienen hormonas.
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No dañan el ecosistema debido a que no se utilizan transgénicos ni pesticidas.
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Promueven la biodiversidad, porque los métodos que se utilizan para su elaboración son ecológicos.
¿Por qué es importante el certificado ecológico?
Natural no es lo mismo que ecológico y no tiene garantías
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A pesar de lo que creen muchos consumidores, natural no significa lo mismo que ecológico y no tiene las garantías que estás buscando. A menudo, se da por hecho que los alimentos naturales se procesan lo mínimo posible y no contienen antibióticos, hormonas o sabores y aromas artificiales. Sin embargo, es una gran equivocación.
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Cualquier alimento que contenga ingredientes naturales puede calificarse como «natural», independientemente de si presenta componentes perjudiciales o no. Las marcas aprovechan esta afirmación para colocar una etiqueta de «natural» en alimentos que sí que llevan químicos e ingredientes altamente procesados.
Busca el logotipo de la Hoja Ecológica
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Que no te engañen los fabricantes ni te líe el etiquetado: la diferencia entre natural y ecológico se reduce a la certificación. En la actualidad, no hay regulación en vigor para lo «natural», pero sí para lo ecológico. En Europa, el Certificado Ecológico se distingue por el sello de la Euro Hoja, que sigue las normas de control que establece la Unión Europea (UE).
El logotipo eco le permite al consumidor saber que los productos que está adquiriendo están certificados e inspeccionados correctamente para comprobar que se cumplen todas las regulaciones.
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Este certificado ecológico está regulado por la Comisión Europea y asegura que el producto cumple con las reglas de la UE sobre productos ecológicos (entre ellas, requisitos de sanidad, bienestar animal y respeto al medio ambiente).
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El sello ecológico de Agricultura Ecológica de la UE garantiza que el 95% (como mínimo) de los ingredientes de ese producto son ecológicos. Además también garantiza la calidad del producto, una producción sostenible, la protección del medio ambiente, el uso restringido de pesticidas o el conocimiento del origen de los alimentos, entre otros.